
El cerebro humano es muy complejo, muestra de ello, es que diferentes estímulos y respuestas sensoriales pueden activarse al ver, escuchar, oler o sentir algo que evoque alguna emoción positiva, lo que se produce en nuestro subconsciente y que, aplicado en el mundo del marketing, permite mejorar la experiencia del usuario al conocer su comportamiento en el proceso de compra.
El neuromarketing parece todo un juego mental, pero, en realidad, es un punto medio donde se encuentran herramientas de la neurociencia con estudios del marketing, todo para conseguir una respuesta: Cómo reacciona el cerebro ante diferentes estímulos publicitarios.
Para entender esta disciplina, hay que comenzar por estudiar su concepto, sus tipos, para qué sirve y así llegaremos a cómo aplicando neuromarketing a tu negocio podrás conseguir resultados exitosos.
Comencemos por lo básico y definamos la neurociencia, esta, es un campo donde se estudia el funcionamiento del sistema nervioso y su relación con la memoria, la atención y nuestras emociones, esto, en el mundo del marketing, se emplea como un conjunto de técnicas donde se predicen las reacciones que se obtendrán en clientes ante publicidad.
El neuromarketing, entonces, es aquella disciplina que, desde un punto científico, estudia el comportamiento de los clientes y futuros clientes durante todo el proceso de compra, analizando sus niveles de atención y respuestas sensoriales frente a distintos estímulos, utilizando y combinando estudios de la neurociencia y el marketing o la mercadotecnia.
Si te preguntas desde cuándo nace el neuromarketing, se sabe de la unión de estas disciplinas desde la década de los 90, donde era utilizada como un instrumento que permitía observar el comportamiento de los cerebros humanos y cómo era su actividad al momento de tomar decisiones.
Hablando de fechas más exactas, sus orígenes se pueden remontar al año 2002, momento en el que Ale Smidts, un economista ganador del premio nobel utilizó este término por primera vez, este decía, que era una disciplina que consistía en técnicas de investigación de mecanismos cerebrales y se encargaba de saber cómo funcionaba el subconsciente de un usuario al percibir estrategias de marketing.
El proceso de compra no comienza precisamente en el momento en el que alguien paga, esto, fue meditado con antelación. La idea de adquirir un nuevo bien o servicio parte desde antes y esta, puede surgir simplemente por el hecho de ver algo que nos emociona, conmueve o interesa.
El neuromarketing, entonces, se encarga de estudiar todo ese proceso, desde su comienzo, cuando apenas un consumidor tiene la idea de comprar, donde, haciendo uso de los medios de publicidad adecuados, puedes hacer que se quede hasta la última parte, siendo beneficioso no solo para ti, sino para los usuarios que se ven identificados con tu mensaje.
Diferentes marcas, productos y servicios hacen uso de esta disciplina para estudiar cómo se comportan sus consumidores y futuros clientes, esto, permite obtener información importante sobre los hábitos de estas personas, cuáles son sus conductas al momento de comprar y a qué tipo de estímulos reaccionan.
De esta manera, las empresas son capaces de condicionar las respuestas de los usuarios, haciendo uso de la persuasión para concretar ventas, todo gracias a un estudio previo donde la neuromercadotecnia es la protagonista.
Al emplear estrategias eficientes de neuromarketing, es posible conseguir una serie de ventajas:
Un estudio previo de mercado te ayuda a conocer cuáles son las verdaderas necesidades de las personas que son tu público objetivo, esto, se puede hacer de forma no intrusiva al emplear el neuromarketing, lo que se traduce en un mayor éxito.
No solo basta con entregar un bien o servicio a los consumidores, sino de brindarles una experiencia, basada en lo que piensan y necesitan.
La experiencia del usuario debe ser buena desde un primer contacto con la marca, por ello es tan importante estudiar qué elementos van con el target al que quieres dirigirte, desde los colores que más llaman su atención, hasta los diseños, imágenes, sonidos, olores o texturas, todo es clave para mejorar el proceso de compra de los clientes y futuros clientes.
El neuromarketing se vale de herramientas más tecnológicas que otro tipo de estrategias, y con ellas, las cosas se pueden ver desde una forma objetiva, con valores reales que muestran cómo se comporta el público al que te diriges.
Al ser estudios neuronales y sensoriales, es lógico que los tipos de neuromarketing aplicables estén relacionados con nuestros sentidos, recuerda que esta disciplina busca como respuesta cuál es el comportamiento cerebral de un grupo de personas ante estímulos publicitarios.
Por ello, empresas y marcas utilizan diferentes mecanismos, como puede ser una paleta de colores acorde a las necesidades del usuario o un olor que caracterice a un producto y que, con solo percibirlo, ya nos recuerde lo bueno que es, aumentando las probabilidades de una venta.
Conozcamos entonces cuáles son los tipos de neuromarketing:
Si alguna vez has visto precios que no se redondean, sino que se quedan en 0,99, además de palabras como “gratis”, “rebaja”, “oferta”, al igual que colores vistosos que se relacionen con los productos a vender, todas son estrategias de neuromarketing visual, siendo el que se basa por estímulos al sentido de la vista.
Cuando vamos a comprar ropa, la mayoría de las tiendas, por no decir todas, tienen música rápida y animada, que incita a comprar y que es utilizada como un recurso sonoro que haga más activa la experiencia del usuario. Otro caso sería, en una tienda de productos para el hogar, la música tiende a ser más relajante, puesto que en casa solo buscamos la comodidad.
Y ¿cómo se pueden estimular sentidos como el tacto, gusto u olfato con lo que es la neuropublicidad? El neuromarketing kinestésico se encarga de estudiar las formas en las que estos sentidos, al ser estimulados, aumentan potencialmente el deseo de los consumidores de comprar o adquirir algún producto o servicio.
Un caso de ejemplo sería el de los chocolates, muchas marcas impregnan el envoltorio de estos para que, con solo coger una barra, el olor capte la atención de la persona y esta lo lleve a casa, lo que muchas veces sucede de forma instintiva.
Tiendas de ropa, como Stradivarius o Zara Home en el caso de España, tienen un olor característico que conecta a nivel emocional con los clientes, de esta forma, comprar se convierte en una experiencia memorable.
¿Qué buscan las personas que son tu público objetivo? ¿Qué las motiva? Muchas marcas han estudiado esto y lo han aplicado muy bien en sus campañas publicitarias, incluso, han cambiado por completo su branding buscando mejorar la experiencia de sus usuarios y beneficiar sus ventas.
Aquí, algunos ejemplos de neuromarketing en empresas que han resultado en casos exitosos:
Seguramente habrás visto más de un anuncio o catálogo de productos de esta empresa y, en ellos, sus precios siempre utilizan una estrategia de neuromarketing visual, al no completar el redondeo de los valores y que, a nivel emocional, el consumidor no lo perciba como un gran desembolso, sino como una oportunidad.
Si hay una empresa que entiende cómo es el comportamiento de sus usuarios es Apple, esta siempre ha sido un referente en estrategias innovadoras que sin duda llaman la atención, cosa que demuestran con sus espacios para experimentar con sus productos.
Apple, determinó que sus usuarios necesitaban valerse del sentido del tacto antes de tomar una decisión como comprar un móvil o un ordenador, por lo que, en sus tiendas, tienen áreas diseñadas para que los consumidores puedan experimentar de una forma cómoda cómo será el producto en sus manos, una estrategia que aumentó velozmente las ventas.
Starbucks no es solo un sitio para comprar un café, aquí, la marca hace uso de estrategias de neuromarketing sensorial para brindar una experiencia completa al consumidor, creando espacios de diseño con música adecuada, que además se mezcla con los olores del café y se conectan con el usuario incluso en su vaso, al personalizarlo con su nombre.
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El neuromarketing desde su definición, nos habla de sus beneficios y de cómo aplicando neuromarketing a tu negocio puede traer consigo éxito a tus campañas, productos y servicios. Es que, gracias al uso combinado de la neurociencia y el marketing, es posible crear publicidad que no sea intrusiva y que impacte de forma positiva en los usuarios, ofreciéndoles contenido que esté dirigido a sus necesidades y brindando, más que una compra, una experiencia memorable.
PENALIZANDO
tu web sin que tú lo sepasEl neuromarketing es un campo científico que estudia cómo el cerebro procesa los mensajes de marketing. Esta investigación puede utilizarse para mejorar las campañas de marketing haciéndolas más eficaces para provocar la respuesta deseada en el público objetivo.
El neuromarketing puede ayudar a las empresas a comprender mejor cómo reaccionan los clientes ante determinados productos, servicios o campañas de marketing. Esta información puede utilizarse para mejorar la eficacia de las estrategias de marketing.
1. Neuromarketing Visual
2. Neuromarketing Auditivo
3. Neuromarketing Kinestésico
Hay varias formas de realizar estudios de neuromarketing. Una de ellas es el uso de máquinas de EEG o fMRI para rastrear la actividad cerebral en respuesta a los estímulos de marketing. Otra forma es mediante el uso de dispositivos de seguimiento ocular para ver hacia dónde mira la gente cuando ve un material de marketing. Además, se pueden utilizar monitores de frecuencia cardíaca para seguir los cambios de excitación en respuesta a los mensajes de marketing.
El neuromarketing es un campo nuevo y creciente que estudia cómo responde el cerebro a los estímulos del marketing. Esta información puede utilizarse para crear campañas de marketing más efectivas que sean capaces de atraer y motivar a los consumidores.
Algunas de las ventajas del neuromarketing son la capacidad de entender cómo piensan y sienten los clientes, la posibilidad de orientar los anuncios con mayor eficacia y la capacidad de crear contenidos más persuasivos. Además, el neuromarketing puede ayudarle a entender por qué los clientes toman determinadas decisiones, lo que puede ser útil para desarrollar estrategias de marketing.
Algunos ejemplos de técnicas de neuromarketing son el uso de dispositivos de seguimiento ocular para ver qué mira alguien cuando hace una compra, o el uso de auriculares EEG para medir la actividad cerebral. El neuromarketing tambien ayuda a medir los estímulos que genera el marketing en los consumidores, como los anuncios, el embalaje de los productos y el diseño de las páginas web.
El padre del neuromarketing es Ale Smidts, teórico organizacional holandés y profesor de marketing.
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